Originalmente fuimos creados espíritus, almas que encontraron cuerpos para aprender, para crecer, para perfeccionarse. De pronto, perdimos el camino, pensando que el crecimiento era solo físico, quisimos perfeccionarlo ajustando sus medidas, sus proporciones, quisimos evitar el paso del tiempo, la vejez, y dejamos a un lado nuestra esencia por solo cuidar el empaque. Todo esto, ha ido poco a poco desgastándonos, alterando negativamente nuestro crecimiento verdadero, lenta-mente nos encontramos con naturaleza muerta.